5,5 billones de grados. Billones europeos,
ojo con eso. Y tú te quejabas del calor que estabas pasando este
verano. Pues eso no es nada comparado con la que han liado los muchachos
del CERN
con su (caro) juguetito favorito, el LHC (acrónimo en inglés del Gran
Colisionador de Hadrones). No se les ha ocurrido mejor idea que provocar una colisión entre dos iones de plomo y el resultado ha sido la obtención de la materia más caliente
que jamás ha producido el hombre. Una “sopa” de plasma de gluones
subatómicos y quarks a la que tendrías que estar soplando varios siglos
para lograr que se enfriase.
El plasma es el cuarto estado de la materia,
el más abundante del Universo y que se caracteriza por compartir muchos
elementos con el estado gaseoso pero al mismo tiempo la carga de
algunas de sus partículas permite que se formen en su interior
filamentos o rayos.
Lo cierto es que para calcular la temperatura que ha alcanzado este
experimento del LHC no ha sido tan sencillo como meter un termómetro un
rato en la cazuela. Se tarda semanas en verificar la
gran cantidad de datos procedentes del Gran Colisionador de Hadrones
para posteriormente determinar (y pasar a grados centígrados) la
temperatura alcanzada por los ardientes iones de plomo.
Por el momento sí que hay un consenso en cuanto a que los resultados
superan ampliamente la anterior marca, situada en 4 billones de grados
centígrados. Y con todo puede que esta no sea la temperatura más alta jamás alcanzada
puesto que aún no han terminado de efectuarse los complejos cálculos
que determinan el resultado de una prueba de similar naturaleza que se
llevó a cabo el mes pasado en el RHIC (Colisionador Relativista de Iones
Pesados) de los laboratorios Brookhaven y que podría superar este
experimento que ahora os comentamos.
Sigo pensando que si instalan un laboratorio de esos en Córdoba,
Écija o Murcia y hacen las pruebas en verano seguro que algún grado
extra consiguen.
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